Este Día Mundial de la Salud nos hemos acercado hasta el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) para encontrarnos con María Blasco, directora del centro y Presidenta del Jurado de los Premios a la Investigación Jesús Serra.
En esta ocasión, hemos contado con Luis Quevedo, director de proyectos estratégicos de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), para entrevistar a María. Hablaron sobre la prevención en salud y la importancia de apostar por una investigación que nos permita conocer cómo incide nuestra alimentación y hábitos de vida en los mecanismos moleculares y posteriormente trasladar estos conocimientos a la práctica clínica.
Luis Quevedo – Estamos celebrando el día mundial de la salud. Ya son 75 años que junto con la Organización Mundial de la Salud se celebran los grandes éxitos y avances en salud pública. En esta ocasión, nos reúne a CNIO, FECYT y Fundación Occident para hablar de cómo la investigación es o puede ser clave en los avances, por ejemplo, en prevención. ¿Qué rol puede jugar la investigación en la prevención?
María Blasco – Ahora sabemos que las enfermedades no aparecen el día que vamos al médico y nos diagnostican la enfermedad, sino que se están gestando en nuestro cuerpo durante décadas. Esto lo sabemos ahora para enfermedades como el Alzheimer, el cáncer, etc.
Es muy importante tener un conocimiento a nivel molecular sobre qué origina estas enfermedades para poder prevenir o retrasar la aparición de estas enfermedades. Eso es lo que para mí sería una prevención realmente efectiva, una prevención basada en el origen de las enfermedades.
L.Q. – La nutrición y alimentación también es un campo en el que el trabajo basado en evidencia es algo relativamente reciente. Sobre todo por la dificultad de los estudios clínicos. Tú eres la Presidenta del Jurado de los Premios a la Investigación Jesús Serra que precisamente apunta a una investigación joven en nutrición y alimentación. ¿Qué nos puedes comentar de esta área y de la idoneidad de estos premios?
M.B. – Los premios son unos premios muy importantes y cuentan con un premio de investigación básica y otro de investigación clínica. Los de investigación básica se dirigen a la identificación de mecanismos metabólicos, la alimentación, etc… Todos nuestros premiados son mujeres u hombres líderes en biología molecular. Solo podremos entender qué hábitos de vida son saludables o no si entendemos sobre qué mecanismos están incidiendo y esto es esencial averiguarlo.
L.Q – Estamos en un contexto en el que retrasar el envejecimiento y tener una buena salud más durante más tiempo nos interesa a todos y a todas, ya que parece que vamos a vivir más años. Esto se da en el seno de un mercado de información un tanto loco y sin ley. ¿Qué crees que está pasando entre el conflicto que hay entre las grandes promesas, a veces con lenguaje vagamente científico, y lo que realmente sabéis y se puede proponer?
M.B.- Tengo que recordar que la única manera que hay de acabar con una enfermedad de tipo infeccioso es acabar con el germen. Eso no ha ocurrido en la mayor parte de las enfermedades que nos matan que no son infecciosas. Excepto en el caso del cáncer, que yo creo que ha sido un campo pionero, donde sí que se están tratando cánceres basándose en su origen. El cáncer es el primer caso de enfermedad asociado al proceso de envejecimiento, que son todas excepto las enfermedades infecciosas, que se está curando basándose en el conocimiento de su origen.
El conocimiento molecular nos va a servir para curar las enfermedades, pero también para prevenirlas y para diagnosticarlas a tiempo. Y también para saber qué hábitos de vida son mejores o peores, porque sabremos correlacionar los hábitos de vida con las causas moleculares. Creo que estamos en un momento muy interesante porque quizás estemos a las puertas de poder por fin estar en una posición de curar una enfermedad degenerativa. Cosa que no hemos sido capaces de curar ni una sola vez y estamos en el s.XXI.