Borja Ibáñez, Premio a la Investigación Jesús Serra 2021, y su equipo en el CNIC han caracterizado en detalle los procesos por los que un fármaco común en cáncer, las antraciclinas, causan toxicidad cardiaca. Cada año, 3 millones de personas en Europa reciben un tratamiento con antraciclinas. Un tercio de estos pacientes desarrolla algún tipo de toxicidad cardiaca y en más de un 5% de las personas que sobreviven al cáncer el daño cardiaco es irreversible que causa insuficiencia cardiaca crónica, enfermedad que limita la calidad de vida de los pacientes.

El estudio co-liderado por Borja Ibáñez, director científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y publicado esta semana en la revista JACC: CardioOncology, ha identificado posibles dianas terapéuticas para prevenir esta complicación: la función mitocondrial y al metabolismo del corazón.

“El corazón es un órgano que está contrayéndose de manera incesante durante toda la vida. Para esta actividad tan increíble, necesita un aporte de energía continuo, siendo el órgano con mayores necesidades energéticas de todo el cuerpo. Cualquier fallo en la cadena de producción de energía en el corazón tiene consecuencias muy importantes”, señala el Dr. Ibáñez,

En el estudio detallado del proceso de toxicidad generado por las antraciclinas, los investigadores han descubierto cómo estas alteran el metabolismo del corazón. Estas alteraciones aparecen de forma muy precoz tras iniciar el tratamiento y una de las primeras manifestaciones es que el corazón empieza a atrofiarse. Precisamente, una de las posibles terapias para reducir los daños cardiacos de las quimioterapias con antraciclinas podría ser una dieta rica en proteínas del paciente durante el tratamiento que podría prevenir la atrofia cardiaca precoz. De hecho, el Dr. Ibáñez fue precisamente galardonado con el premio de investigación clínica de la Fundación Occident por el estudio de abordajes nutricionales para prevenir la cardiotoxicidad de los tratamientos del cáncer, y estos resultados son, en parte, resultado de esta línea de investigación.

“Actualmente estamos avanzando en un estudio de intervención nutricional en el mismo modelo experimental, y si los datos preliminares positivos se confirman, será la semilla de un futuro ensayo clínico”, destaca el Dr. Ibáñez.

Adaptación de la nota de prensa del CNIC. Léela aquí.