Alex Graneri, el futuro del piragüismo español

Con solo 22 años, Alex Graneri es una de las mayores promesas del piragüismo español. Comenzó en una piragua en las aguas de Mallorca y, desde entonces, ha cosechado títulos como doble campeón mundial júnior y varias medallas en la élite absoluta.

Ahora, desde Asturias, se prepara para la que es su meta más compleja hasta el momento: la clasificación para los Juegos Olímpicos de los Ángeles 2028. 

Desde Fundación Occident, le apoyamos durante su etapa formativa y ahora también en la alta competición. Hablamos con él de la vida a bordo de su piragua, la exigencia del deporte  y su gran objetivo: llegar al podio olímpico.

¿Cómo descubriste tu pasión por el piragüismo?

Descubrí el piragüismo gracias a una amiga de mi madre, que llevaba a sus hijos a una escuela de verano en el Náutico de Palma. Yo tenía ocho años y como mi madre trabajaba mucho en verano, y además cerca del Náutico, nos apuntó a mi hermana y a mi. Fue el entrenador quien nos animó a federarnos y, desde entonces, sigo practicando hasta hoy.

 ¿Qué papel ha tenido en tu vida personal y familiar?

Fundamental. El piragüismo me ha formado como persona: me ha enseñado disciplina, sacrificio y constancia. Siento que todo lo que he aprendido no solo me ha ayudado a nivel personal, sino que también me servirá mucho en mi vida profesional.

¿Cómo es el día a día de Alex Graneri? 

Mi día a día está completamente centrado en el deporte: entrenamos unas seis horas diarias, de lunes a sábado, y descansamos los domingos. La primera sesión empieza a las 9:30 de la mañana, combinando entrenamiento en el agua con gimnasio, bici, carrera y trabajo de core. En total, hacemos unos 110 km a la semana solo en el agua.

Próximo objetivo: juegos olímpicos 2028. ¿Cómo te preparas para clasificarte?

Ser deportista de alto nivel no se limita al entrenamiento: eres deportista las 24 horas del día. Todo cuenta: alimentación, descanso y cómo gestionas tu tiempo libre. Al final, se decide quién sube al podio por centésimas.

Y antes de Los Ángeles 2028, ¿hay algún reto o competición internacional que tengas en mente en los próximos meses?

Sí, en el piragüismo hay campeonatos de Europa y del Mundo cada año. Este ha sido mi primer año representando a España en un mundial absoluto de distancia olímpica, un gran paso que me acerca a los Juegos Olímpicos. El año pasado logramos el tercer puesto, así que ahora toca ver qué conseguimos este año.

¿Tienes algún ritual justo antes de empezar una competición?

Concentración máxima. Trabajo con un psicólogo desde hace años, porque la mente es clave en el deporte. Con la experiencia he creado mi propio “ritual”: poner música que me motive y meterme en lo que llamo el efecto túnel, enfocándome solo en mi regata. 

¿Qué deportista, dentro o fuera del piragüismo, es un referente para ti?

Siendo de Palma de Mallorca, uno de ellos es Marcus Cooper, campeón olímpico de piragüismo, a quien he tenido cerca y de quien he aprendido muchísimo. También admiro a Rafa Nadal, otro mallorquín, por su enorme calidad deportiva y, sobre todo, por sus valores. Y, por supuesto, Saul Craviotto, el español con más medallas olímpicas en piragüismo, que es todo un ejemplo a seguir.

A lo largo de tu carrera, ¿qué momentos o personas han sido claves para llegar hasta aquí?

En mi caso, la familia tiene un papel súper importante. Ellos han sido un apoyo constante en todas mis decisiones. Mi madre fue quien me animó a empezar en el piragüismo, y sin ella no estaría aquí. Mi hermana también me respalda siempre y es mi mayor fan. Y, sin duda, también ha sido clave el apoyo de Fundación Occident. Gracias a ellos puedo dedicarme al 100% a este deporte.

¿Cómo logras equilibrar tu vida deportiva, personal y otros proyectos o intereses?

Tengo la suerte de trabajar en algo que elegí y que me apasiona, aunque haya días complicados. También es fundamental desconectar en ciertos momentos y aprovechar las vacaciones para resetear la mente y volver más fuerte. Y cuando los resultados llegan, como subir al podio en un mundial, sabes que el esfuerzo ha merecido la pena.

¿Cómo es la experiencia de ser piragüista en España?

España tiene condiciones ideales gracias al clima y a nuestros pantanos y embalses. A diferencia de otros países donde los inviernos son muy duros o el calor es extremo, aquí el clima casi nunca imposibilita entrenar. Sin embargo, dedicarse al piragüismo de forma profesional no es fácil. Es un deporte muy técnico y exigente. Hay que entrenar incluso bajo lluvia, viento o granizo, y muchos abandonan porque no soportan esas condiciones. 

¿Y es fácil dedicarse al piragüismo de forma profesional en España?

El piragüismo sigue siendo un deporte minoritario, y vivir de él requiere mucho esfuerzo. Figuras como Saul Craviotto o Marcus Cooper le han dado visibilidad y han ayudado a que la gente lo conozca más. Tras el COVID, al ser un deporte al aire libre y muy divertido, ha ganado algo de popularidad. Yo animo a todo el mundo a probarlo: tiene días duros, pero es el deporte que más medallas olímpicas ha dado a España, seguido de la vela.

¿Qué le dirías a este niño o niña que descubre en la piragua su medio natural y qué sueña con poder ser, como tú, un deportista profesional de esta disciplina?

Que disfrute del camino y que no se frustre si las cosas no salen como espera. Lo importante es trabajar duro y aprender en cada paso. El piragüismo te enseña muchísimas cosas y, al ser un deporte minoritario, los compañeros terminan convirtiéndose en una verdadera familia.

 

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