
La entrevista
El compromiso con el planeta de Theresa Zabell
Newsletter #3 | Abril 2025
Theresa Zabell es una titán de los mares. Dos medallas de oro olímpicas y cinco títulos mundiales en vela son una carrera de éxito. Pero para Theresa Zabell fue también un principio, que la llevó a proteger los océanos, nuestro planeta, y también nuestro cuerpo. Los lugares a los que pertenecemos y de los que no podemos escapar, dice.
En 1999 fundó Ecomar para impulsar la educación ambiental entre los más jóvenes, y para visibilizar los ecosistemas clave en un planeta saludable. Fundación Occident y GCO colaboran con ellos desde 2023 en la limpieza de costas y pantanos, y la formación de 2.500 niños y jóvenes cada año. Hablamos con ella para conocer el proyecto y su impacto.
¿Por qué Ecomar?
Recuerdo tener unos 13 años y salir a navegar tras una gran riada de estas típicas del Mediterráneo. El mar estaba lleno de cosas que no le pertenecían. Me impresionó. Y mi pregunta fue: ¿Y por qué nadie hace algo?
Tras dos décadas compitiendo en los mares del mundo, decidí que yo sería ese alguien. Y así nació la Fundación Ecomar, hace ya más de 26 años. Nuestro objetivo es enseñar qué estamos haciendo mal y cómo podemos cambiarlo. Porque cuando uno es consciente del problema, quiere formar parte de la solución.
En las presentaciones de Ecomar hablabas de no olvidar el azul en la lucha por la sostenibilidad del planeta. ¿Los océanos siguen siendo grandes desconocidos, o 25 años después algo ha cambiado?
Siguen siendo grandes desconocidos. Hemos avanzado en la dirección correcta, pero despacio. Y hay que llegar antes de que sea demasiado tarde.
Una prueba de ello es que solo conocemos el 5% de lo que hay en los fondos marinos. Solo cinco personas han bajado hasta el punto más profundo del océano. Soy consciente de que bajar a 11 kilómetros de profundidad es un reto, pero también lo es ir a la luna —que está a 384.400 kilómetros— y ya son 12 las personas que la han pisado.
Educar, concienciar, actuar y reparar: son los ejes de vuestra acción. ¿Por qué?
Porque para cambiar la forma de pensar de la sociedad, todos los expertos nos recomendaron empezar por quienes están más abiertos a aprender: los niños. Empezamos con programas educativos en colegios, con una “Semana del Mar”. Aprendían deportes náuticos y también biología marina, astronomía o el ciclo del agua. Hubo años en los que 3.000 niños pudieron vivir esa experiencia.
Tras la crisis económica del 2008, tuvimos que reinventarnos para no morir y empezamos a colaborar con centros náuticos. Si un niño aprende a navegar, a hacer surf o buceo, también aprende sobre los problemas del mar y a querer cuidarlo. Siempre pongo el ejemplo de Rafa Nadal: ¿te lo imaginas jugando en una pista de tierra batida llena de basura? Sin embargo, salimos a navegar y el mar está lleno de residuos. En el programa Grímpola Ecomar que llevamos a cabo en centros náuticos, trabajamos con entre 15.000 y 20.000 niños y niñas cada año, que, además de aprender un deporte, entienden la importancia de cuidar ese “terreno de juego”.
El programa “Semana del Mar” también fue el origen de otro de los pilares de Ecomar. Empezamos estudiando con los escolares lo que habitaba en las diferentes playas y allí encontrábamos residuos que no pertenecían, con lo cual nos los llevábamos. Esto se acabó convirtiendo en actividades específicas de Limpiezas de Costas.
¿Qué os llevó a dar ese paso de “reparar”?
Nos unimos a proyectos como el Bosque Marino de Redeia junto al CSIC para investigar la manera más efectiva de replantar posidonia en el Mediterráneo español. Es una planta marina esencial: crece lentamente, pero captura más CO₂ que el Amazonas y genera más oxígeno que un bosque tropical. Hoy estamos trabajando en un proyecto muy ambicioso: la mayor replantación de Posidonia del Mediterráneo hasta la fecha. Y no solo eso, también queremos crear manuales abiertos de cómo hacerlo, que sirvan para ahorrar tiempo, recursos y para que juntos podemos avanzar más rápido.
En la colaboración con Fundación Occident, organizamos juntos el Clean Up Day. En 2024, con este programa de voluntariado corporativo recogimos más de 700 kg de residuos en las playas de Tarragona, Barcelona y Bilbao, y en las del pantano de San Juan en Madrid. ¿Qué les dirías a nuestros voluntarios?
Que vengan a disfrutar. Porque cuando uno se lo pasa bien, es cuando realmente aprende. Claro que los más de 700 kilos de residuos que recogieron son muy importantes, pero lo más valioso es el conocimiento que se llevan a casa, que comparten con la familia y que incorporan en su día a día.
Otro proyecto en el que colaboramos es en la concienciación de los más jóvenes. Aquí habéis construido una plataforma digital educativa. ¿Nos explicas el proyecto?
Una crisis financiera y la intención de llegar a más centros educativos, nos empujaron a reinventar el programa educativo. Nuestra plataforma digital recoge todo el conocimiento que adquirimos durante años, y lo hace accesible para más centros. Además, colaboramos con el sistema educativo con los programas de Aprendizaje y Servicio para estudiantes de secundaria. En todo este proceso, Fundación Occident ha sido clave, tanto en la puesta en marcha como en la creación de contenidos. Ha sido un apoyo fundamental para poder escalar este programa educativo.
Y qué te parece si cerramos con un mensaje para jóvenes y no tan jóvenes. ¿Qué podemos hacer para, desde lo cotidiano, contribuir a la protección de nuestros mares y costas?
Pues te voy a poner dos ejemplos:
- La ropa. Si hoy dejáramos de fabricar textil, tenemos ropa para vestir a la población mundial durante 30 años. Además, hemos entrado en un círculo vicioso de hacer prendas de baja calidad, con materiales sintéticos que contaminan incluso al lavarlas, ya que las microfibras que se desprenden acaban en el mar.
- Cómo compramos. Debemos elegir productos sin envasar e ir al mercado y llevarnos la fruta sin guantes ni 10 bolsas de plástico distintas. Yo tengo discusiones con los fruteros de mi barrio, pero sigo insistiendo porque sé el impacto que tiene.
No podemos olvidar que cada cosa que hacemos deja una huella. Si sigues las redes de Fundación Ecomar, compartimos muchas ideas sobre cómo podemos hacerlo.